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La Puja por el Salario Mínimo Legal 2026 en Colombia: Actores, Cifras y Proyecciones

diciembre 22, 2025

Un análisis exhaustivo del complejo proceso de negociación que definirá el ingreso de millones de colombianos el próximo año.

La negociación anual del salario mínimo en Colombia es un evento crucial que impacta la economía de millones de hogares. Cada año, representantes del gobierno, empleadores y trabajadores se reúnen en la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales (CPCPSL) para definir este ajuste, un proceso complejo que busca equilibrar la capacidad adquisitiva de los ciudadanos con la sostenibilidad empresarial – source: https://www.mintrabajo.gov.co/. La puja para el salario mínimo de 2026 ya empieza a perfilarse, marcada por proyecciones económicas y demandas sociales.

Actores Clave y el Escenario de la Concertación

Comova la puja para el aumento del salario minimo legal 2026: Actores Clave y el Escenario de la Concertación

El proceso de negociación del Salario Mínimo Legal Mensual Vigente (SMMLV) en Colombia es un ejercicio tripartito que involucra al gobierno, a las centrales obreras y a los gremios empresariales. Este diálogo se lleva a cabo principalmente en el seno de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales (CPCPSL), un espacio fundamental establecido por la Ley 278 de 1996 que busca promover un ambiente de concertación en temas laborales.

El Rol del Gobierno

El gobierno, representado por el Ministerio del Trabajo y el Ministerio de Hacienda, desempeña un papel crucial en este proceso. Actúa como mediador y facilitador, presentando propuestas que busquen equilibrar las posiciones de los trabajadores y los empleadores. Además, en caso de que no se alcance un acuerdo, el gobierno tiene la autoridad para fijar el incremento salarial mediante decreto, lo que lo convierte en un actor determinante en la balanza. Para ello, se apoya en datos proporcionados por entidades como el Departamento Nacional de Estadística (DANE) y el Banco de la República, que ofrecen análisis sobre inflación, productividad y otros factores económicos que son críticos para las negociaciones.

Las Centrales Obreras: La Voz de los Trabajadores

Las centrales obreras, como la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), representan los intereses de los trabajadores. Estas organizaciones buscan asegurar un incremento salarial que no solo recupere el poder adquisitivo perdido a causa de la inflación, sino que también mejore las condiciones de vida de los empleados. Para el próximo año, se anticipa que enfatizarán en la inflación acumulada de 2025 y lucharán por un “salario digno” que permita cubrir adecuadamente la canasta familiar. Entre sus objetivos incluyen:

  • Aumentar el salario mínimo por encima de la inflación proyectada.
  • Generar un mayor poder adquisitivo para los trabajadores.
  • Reducir la brecha salarial y promover la equidad social.
  • Impulsar políticas de protección al empleo formal.

Los Gremios Empresariales: La Perspectiva de la Sostenibilidad

Por otro lado, los gremios empresariales como la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), FENALCO, la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) y Asobancaria representan la perspectiva de los empleadores en la discusión. Su principal preocupación se centra en cómo el aumento del salario mínimo podría impactar en los costos operativos y la competitividad de sus sectores. Argumentan que incrementos muy altos podrían desencadenar una mayor informalidad laboral e incluso la pérdida de puestos de trabajo. Por ello, en el marco de la negociación del salario mínimo de 2026, argumentarán sobre la desaceleración económica, los desafíos de financiación y la necesidad de fortalecer la inversión en el país. Sus principales argumentos incluirán:

  • Impacto del salario mínimo en la sostenibilidad de las empresas.
  • La necesidad de fomentar la creación de empleo formal.
  • Considerar la situación económica general y el desempleo.
  • Propuestas para facilidades fiscales o subsidios a la nómina.

El Proceso de Negociación

La formalidad de la negociación inicia a comienzos de diciembre de cada año, cuando las centrales obreras y los gremios empresariales presentan sus propuestas. Las reuniones pueden abarcar varias semanas y consisten en mesas técnicas y plenarias que buscan alcanzar consensos a través de la discusión de cifras y argumentos. Aunque la meta es lograr un acuerdo, en años recientes ha sido común que el gobierno deba intervenir y determinar el aumento por decreto ante la falta de consenso. Este escenario refleja la complejidad del debate y la polarización de las posturas, lo que podría repetirse en la puja por el salario mínimo de 2026. Para más información sobre el desarrollo de estas negociaciones, se puede consultar el sitio oficial del Ministerio de Trabajo de Colombia aquí.

Los Factores Determinantes en la Fórmula Salarial

Comova la puja para el aumento del salario mínimo legal 2026: Factores Determinantes en la Fórmula Salarial

La fijación del Salario Mínimo Legal Mensual Vigente (SMMLV) en Colombia se basa en diferentes indicadores macroeconómicos y proyecciones que dan racionalidad a las decisiones. Bajo lo estipulado por la Ley 278 de 1996, aspectos claves deben ser considerados en cada negociación anual, para las que el DANE y el Banco de la República proporcionan información oficial esencial.

Índice de Precios al Consumidor (IPC) o Inflación Causada

Este indicador es, sin duda, uno de los más influyentes en la discusión. El IPC mide la variación promedio de los precios de los bienes y servicios consumidos por los hogares colombianos. La inflación del año anterior sirve de base para las peticiones de las centrales obreras, ya que refleja la disminución del poder adquisitivo que los trabajadores han experimentado. Por ejemplo, si se proyecta que el IPC de cierre de 2025 será del 6% según Portafolio, esto se convierte en el punto de partida de las negociaciones para 2026. Los gremios empresariales, en contraposición, suelen evaluar la inflación hasta noviembre, argumentando que la inflación de diciembre no tiene efecto pleno al momento de la discusión.

El Banco de la República juega un papel crucial en el monitoreo de la inflación, ya que sus expectativas intentan evitar que el aumento salarial contribuya a una espiral inflacionaria, lo que podría ser perjudicial para la economía a largo plazo.

Productividad Total de los Factores (PTF)

La productividad es un indicador esencial que mide la eficiencia de los factores de producción, integrando tanto trabajo como capital. Un aumento en la productividad permite el incremento salarial sin necesariamente elevar los costos unitarios de producción. El crecimiento de este indicador se convierte en un argumento para solicitar incrementos reales en el salario, ya que refleja una mejora en la economía que podría justificar un aumento adicional al ajuste por inflación.

El DANE se encarga de calcular este indicador, y su crecimiento puede ser utilizado por las centrales obreras para hacer sus demandas. Sin embargo, la medición de la PTF a menudo genera desacuerdos, ya que diferentes metodologías pueden producir resultados que no satisfacen a todos los actores involucrados en la negociación. Los cambios en este índice, por tanto, serán un marco de referencia importante para la discusión del SMMLV en 2026 de acuerdo a La República.

Crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB)

El PIB, que representa el valor total de bienes y servicios producidos en el país, es un reflejo clave del estado de la economía. Un crecimiento robusto del PIB implica que las empresas podrían tener la capacidad de enfrentar incrementos salariales, sin poner en riesgo su viabilidad. A la inversa, si el crecimiento es escaso o si se presenta una recesión, los empleadores suelen exigir negociaciones más conservadoras que prioricen la estabilidad laboral.

Las proyecciones de crecimiento del PIB para 2025 y 2026 son, por lo tanto, vitales en las negociaciones salariales. Estas estimaciones serán proporcionadas por el Banco de la República y el Ministerio de Hacienda, y servirán de base para la discusión sobre el aumento del salario mínimo legal como señala Fenalco.

Tasa de Desempleo

La tasa de desempleo es otro indicador crítico que impacta las negociaciones salariales. Un nivel elevado de desempleo puede ser un argumento para moderar los aumentos salariales, ya que se considera que incrementos excesivos podrían desalentar la contratación. Por el contrario, una disminución en la tasa de desempleo podría abrir el camino para un mayor margen en los aumentos salariales, ya que indica una mayor competencia por trabajadores calificados.

El DANE publica mensualmente esta cifra y su tendencia a finales de 2025 será meticulosamente analizada por todos los actores involucrados en la puja por el salario mínimo disponible en el sitio del DANE.

Otros Factores Relevantes

  • Meta de Inflación del Banco de la República: El emisor maneja una meta de inflación (actualmente del 3% +/- 1 punto porcentual) y evalúa cómo el ajuste del salario mínimo puede afectar este objetivo.
  • Nivel de Remuneración en el Sector Informal: Aunque el salario mínimo solo es aplicable al sector formal, su ajuste puede tener repercusiones en los ingresos del sector informal, donde trabaja una gran parte de la población.
  • Ajustes de Precios en Servicios Públicos y Bienes Regulados: El impacto del salario mínimo en el costo de vida está relacionado con los aumentos en arriendos, transporte y servicios públicos, que frecuentemente se vinculan al SMMLV.

La interacción de todos estos elementos genera un contexto complejo, en el que cada parte intenta defender sus intereses, haciendo de la discusión sobre el salario mínimo para 2026 una de las decisiones económicas más esperadas y debatidas en Colombia.

Impacto Económico y Social del Ajuste Salarial

Impacto Económico y Social del Ajuste Salarial en Colombia

El aumento del Salario Mínimo Legal Mensual Vigente (SMMLV) en Colombia es mucho más que una cifra; es una decisión con profundas ramificaciones económicas y sociales que afectan desde el bolsillo de las familias hasta la competitividad del sector productivo. La puja por el salario de 2026, al igual que en años anteriores, traerá consigo un debate intenso sobre estas implicaciones.

Impacto en el Poder Adquisitivo y la Calidad de Vida

Para millones de colombianos, el salario mínimo es su principal fuente de ingreso. Según el DANE, aproximadamente 2.6 millones de trabajadores formales ganaban el salario mínimo en Colombia al cierre de 2023, y un número significativo de informales también tienen sus ingresos referenciados a este valor. Un incremento que realmente supere la inflación es crucial para mejorar su poder adquisitivo, permitiéndoles acceder a una canasta básica de bienes y servicios más completa.

Esto se traduce directamente en una mejor calidad de vida, mayor acceso a alimentos, vivienda, transporte y educación. Sin embargo, si el aumento es bajo, se perpetúa la pérdida de poder adquisitivo, afectando negativamente la capacidad de consumo y el bienestar social. Esta connotación social es un elemento fundamental en la puja por el aumento del salario mínimo legal para 2026.

Efectos sobre el Empleo y la Formalidad

Los gremios empresariales suelen argumentar que un aumento desproporcionado del salario mínimo puede generar desempleo, especialmente en las pequeñas y medianas empresas (PYMES), que son grandes generadoras de empleo en el país. Los costos laborales aumentan, lo que podría llevar a reducir personal, ralentizar nuevas contrataciones o, en el peor de los casos, a cerrar operaciones. Esto también podría impulsar a más empresas a operar en la informalidad, buscando evadir los costos laborales y parafiscales asociados al salario formal.

Por otro lado, las centrales obreras y algunos economistas argumentan que un salario mínimo más robusto puede estimular la demanda interna al poner más dinero en manos de los consumidores. Esto podría impulsar la producción y, eventualmente, la creación de empleo. La clave está en encontrar un equilibrio que no ahogue al sector productivo ni desestimule la formalización, permitiendo que el mercado laboral crezca de manera sostenible.

El Desafío de la Inflación

Uno de los mayores temores asociados a los aumentos del salario mínimo es la posible “espiral inflacionaria”. Un incremento salarial muy alto podría trasladarse directamente a los precios de bienes y servicios, anulando el beneficio para los trabajadores y generando más inflación. El Banco de la República y el Ministerio de Hacienda están especialmente atentos a este riesgo, buscando que el ajuste salarial sea consistente con la meta de inflación.

Sin embargo, estudios recientes en Colombia han mostrado que el efecto de transmisión del salario mínimo a la inflación no siempre es tan directo o significativo como se teme, aunque sí existe un impacto, especialmente en el costo de algunos bienes y servicios regulados. Esta dinámica es fundamental para entender los efectos que tendría cualquier ajuste salarial en la economía de Bogotá y del país en general.

Implicaciones para la Economía General

El salario mínimo no solo afecta a quienes lo ganan directamente, sino que también es un referente para otras remuneraciones y valores en la economía colombiana. Muchos subsidios, multas, honorarios y tarifas de servicios están indexados al SMMLV o a la Unidad de Valor Tributario (UVT), que a su vez se ajusta por la inflación. Esto significa que un aumento del salario mínimo tiene un efecto cascada en muchos otros costos y beneficios que afectan a la sociedad en general.

Un incremento adecuado puede potenciar el consumo interno, un motor importante de la economía colombiana, y contribuir a la reducción de la desigualdad. Sin embargo, un incremento excesivo podría afectar la competitividad internacional de los productos colombianos y desalentar la inversión extranjera, si los costos laborales se perciben como demasiado altos.

El debate sobre la puja por el aumento del salario mínimo legal 2026 es, por lo tanto, un reflejo de las complejidades y desafíos que enfrenta Colombia en su camino hacia un desarrollo más equitativo y sostenible. Para profundizar más sobre este tema, puedes visitar Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario.

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